Un periodista relata en un libro el viaje con su hijo autista hasta Mongolia
‘Los caballos no le han curado, pero sí han mejorado algunos de sus síntomas’
A Rowan no sólo le gustan los caballos, con su padre montando (Foto: Justin Hennard)
MARÍA VALERIO
MADRID.- Rowan, de siete años, está en Londres con su abuela; mientras que sus padres, Kristin y Rupert, se encuentran en Barcelona por motivos de trabajo. Esta separación temporal, que para cualquier familia no supondría más que un pequeño trastorno logístico, es para ellos todo un logro. Rowan padece autismo, y esta situación hubiese sido impensable para él hace sólo un par de años.
Pero en este tiempo muchas cosas han cambiado en las vidas de los Isaacson, que se embarcaron en un viaje hasta las estepas de Mongolia en busca de los chamanes y los domadores primitivos de caballos que pudiesen ayudar a Rowan. De su experiencia ha nacido un documental que fue presentado este invierno en el Festival de Sundance, y un libro que llega ahora a las librerías españolas: ‘El niño de los caballos’ (ediciones Urano).
‘Los caballos no le han curado, pero sí han mejorado algunos de sus síntomas’
A Rowan no sólo le gustan los caballos, con su padre montando (Foto: Justin Hennard)

MARÍA VALERIO
MADRID.- Rowan, de siete años, está en Londres con su abuela; mientras que sus padres, Kristin y Rupert, se encuentran en Barcelona por motivos de trabajo. Esta separación temporal, que para cualquier familia no supondría más que un pequeño trastorno logístico, es para ellos todo un logro. Rowan padece autismo, y esta situación hubiese sido impensable para él hace sólo un par de años.
Pero en este tiempo muchas cosas han cambiado en las vidas de los Isaacson, que se embarcaron en un viaje hasta las estepas de Mongolia en busca de los chamanes y los domadores primitivos de caballos que pudiesen ayudar a Rowan. De su experiencia ha nacido un documental que fue presentado este invierno en el Festival de Sundance, y un libro que llega ahora a las librerías españolas: ‘El niño de los caballos’ (ediciones Urano).
«Creo que en dos o tres años, habrá muchas innovaciones específicamente españolas en este terreno. Los caballos que ejecutan movimientos parecidos al baile son capaces de mejorar la capacidad comunicativa en niños autistas con apenas capacidad para hablar. Hemos visto cómo esta especie de balanceo les hace echarse a reír y después emitir tres o cuatro palabras.»
artículo tomado de http://pensandoenimaxes.blogspot.com
lo pueden leer completo junto con la entrevista a Rowen en: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/06/19/psiquiatriainfantil/1245405253.html