AUTISMO EN LA ADOLESCENCIA: EL MUNDO ESTÁ EN DEUDA CONTIGO

Pareciera que al llegar a tu adolescencia y al inicio de tu juventud, tuvieras una deuda con el mundo. Como si esperaran de ti los resultados luego de tanta terapia, intervención, medicación, estructuración de un entorno a tu medida, dinero invertido. A ningún adolescente se le exige tanto como a ti estando dentro del espectro autista. Y para completar, la intervención disminuye en horas y calidad. Ya no eres un niño, pero igual necesitas más ayuda que nunca.

Es en la adolescencia cuando te comparas con otros chicos. Las herramientas de la infancia ya no sirven, este es el mundo real. Ya emparejaste, aprendiste los colores, reconoces las emociones en las fichas y recuerdas todos los pictogramas. Pero todo eso se derrumba cuando la realidad es un brutal escenario sin mapa, sin guía.

Te sientes desanimado, apático, enojado, no puedes levantarte en las mañanas porque no puedes tampoco dormir en las noches, comes muy poco, comes demasiado, pasas horas frente a una pantalla, el único lugar donde puedes encajar. Pero, ¿quién ve eso? Sientes la desesperante presión social. Es que hablas, es que saliste de la escuela, ya deberías saber ser ordenado, ya deberías haber conseguido un trabajo. ¿Por qué no duras? ¿Por qué sigues comportándote como un niño? ¡Crece! ¡Sé como los demás!

El entorno es un detonante. No sabes dónde empezar a buscar empleo, no sabes del todo para qué eres bueno, difícil tener un grupo de amigos, eres raro y sabes que la sociedad es implacable con los raritos. Es como si al terminar la escuela tu camino de vida se hubiese detenido a la espera de no sabes qué rayos. Te siguen diciendo que no te esfuerzas, que salgas de tu zona de comodidad. Lloras, rompes cosas, odias todo, pero, sobre todo, te odias a ti mismo. Qué pasó con “te acepto tal cuál eres”, “siéntete orgulloso de ser diferente” ¿Era falso entusiasmo? ¿ya no merezco ser aceptado? Piensas.

Ahora, imaginemos lo que es para un adolescente autista como tú encontrar terapia, y terapia que respete tu condición. Es como dicen por ahí “pa ricos”. Pero está la psiquiatría, que es a donde el sistema te enviará para ser medicado, porque el problema eres tú que naciste autista. Quizá creen que medicándote te “enfoques” y encuentres trabajo, dures en él, tengas amigos y seas un problema menos para la familia. ¿Qué medican? tus síntomas ¿Qué se ignora? Las causas.

Los estudios indican que entre el 10 y el 72 por ciento de la población autista padece depresión, paralelo al autismo. Chicos entre los 8 y 18 años con características depresivas, muchas veces no son diagnosticados por falta de instrumentos de evaluación, en principio, y por categorizar todo como autismo. O sea, puede que nunca sepas si atraviesas por un estado depresivo.

Mientras, el sistema, la ciencia, no cree instrumentos para valorarte y así determinar si hay depresión disfrazada de autismo, mientras la sociedad se libere de responsabilidad y no te den oportunidades reales, mientras sigan vendiendo la escuela como el único espacio donde se aplica la inclusión, seguiremos teniendo a jóvenes y a adultos como tú, dependientes, encerrados en sus casas, viendo pasar la vida que otros sí viven, repitiéndose a cada instante “soy un inútil”.

Un comentario en “AUTISMO EN LA ADOLESCENCIA: EL MUNDO ESTÁ EN DEUDA CONTIGO

  1. Cuánto acierto en este artículo.
    Me produce algo así como un sentido de miseria interior, tan propia como de nadie más aún siendo lo contrario.
    Siento algo así como una dolorosa nostalgia indeleble.
    Como un impedimento paralizante para remediar las cosas pasadas.
    Como cuando me ofrecían por solución que no recordara mis abusos en la infancia.
    ¡ Cómo demonios voy a olvidarlos !
    Ay Angela.
    Deberían publicarte en una columna de alguna revista.
    O en algún diario digital con muchas visitas.
    O pocas pero con ganas de resolver cuestiones.
    Para ir aprendiendo todos a reconocer necesidades.
    Para ir quitando de a poquines tanta broza como llevan nuestros caminos.

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