
Ya sabiendo cuáles son las principales causas de las dificultades en la alimentación con nuestros chicos con T.E.A., quiero compartir con ustedes esos consejos que recojo de madres, profesionales y sabias abuelas. La idea no es angustiarse cada vez que nos enfrentamos al plato de comida, nuestros hijos detectan esa ansiedad y ejercen más oposición. Ese y otros consejos me han ayudado a superar algunas dificultades. Igual mi hijo es un gasta calorías y aunque coma muy bien seguirá siendo mi flaquito adorable.
- Permítele sentir que puede decidir lo que le gusta y lo que no. Imponer no es el mejor camino para motivarlo a abrirse a otras opciones de alimentos u otras decisiones de la vida.
- Descarta cualquier problema médico y sí es posible acuerden con el doctor un suplemento vitamínico. Vigila el peso no siempre gorditos es que se esté alimentando bien.
- Lleva un registro de sus comidas y características. Recuerda que son muy ritualistas y puedes aprovechar sus gustos para introducir nuevos alimentos.
- Mantén las rutinas y horarios de comida en lo posible constantes.

- Un quita-apetito seguro son los snacks y las golosinas, manténlas restringidas y que sean un premio o un acompañante para una buena tarde de película.
- Jamás uses la estrategia de hacerlo “tener hambre” además de cruel, no funciona porque se trata de autismo y no de mal comportamiento o niño mimado. Y no imaginan que es la estrategia más recomendada por profesionales.
- Tampoco les des esos suplementos que estimulan el apetito sin recomendación médica. El apetito no suele ser el problema.
- No utilices la comida como castigo o recompensa. Mandarlo a su cuarto sin comer convierte la comida en un elemento conductual y aversivo o en caso contrario en un condicionante. Y aunque parezca contradictoria sí que se pueden premiar con un helado o una hamburguesa el fin de semana.
- No ofrezcas tanta variedad, los chicos con autismo prefieren dos o tres opciones de alimentos e incluir uno nuevo en pequeñas porciones puede generarle interés en ese alimento difícil o que no le agrada.
- Entrénalo en el uso de los cubiertos, pero para empezar no uses demasiados ni incluyas alimentos difíciles de manipular. Algunos niños tienen dificultades motrices y usar simultáneamente tenedor y cuchillo puede ser muy difícil.
- Obligarlo a que coma es la técnica más tortuosa que se puede utilizar, hace del momento de la comida angustioso y un seguro detonador de una rabieta.
- Insensibilízalo de ese alimento que no le agrada. Colócalo en la mesa en un plato aparte como un invitado silencioso para que se habitúe a él. Eso hice con los aguacates o paltas que siempre los escondía porque no le agradaba su aspecto. Aún trabajo en ello jjj.
- La conducta de Pica debe ser vigilada y muy controlada. Direccione su atención a otra actividad, no lo regañes o reprendas, dicha conducta es casi inconsciente.
- La familia debe dar ejemplo, nuestros chicos con TEA aprenden por imitación y sí ven que todos disfrutan de una sopa o la lechuga quizá se anime a probar.
- Enséñale normas en la mesa pero tampoco todo el manual de etiqueta francesa. Con nuestros hijos menos es más.
- Involúcralo en la preparación de los alimentos. Ejercitará su motricidad y se habituará a las características sensoriales de los alimentos.
- En el colegio hable con los maestros para que respeten su forma de alimentarse y para que paralelamente trabajen en equipo sobre su alimentación. Sin complicarlo mucho, a veces en la escuela son más flexibles que en casa.
- Se pueden utilizar historias sociales que hablen de probar nuevos alimentos, comer en la mesa tranquilos y disfrutar de una cena sin ansiedad.
- Se puede utilizar la Tablet para en un comienzo ayudarlos a que se sienten a la mesa y esperen los alimentos pero no puede ser un motivador todo el tiempo. La mesa se hizo para que cenemos y se debe generar el hábito de tecnologías fuera.

- NUNCA LOS ENGAÑES. No se puede engañar a un niño con autismo disfrazándole un alimento nuevo con la comida que más le guste. Recordemos que su sensorialidad es tan poderosa que detectaran cualquier variación y más si es un alimento que consumen con frecuencia. Esto derivará en desconfianza e incluso hará que descarte lo que antes le gustaba.
- Cultivar los vegetales en una huerta casera los puede motivar a consumir lo que ellos mismos cosechan. Sí, suena difícil pero no lo es tanto (no queremos una granja), nosotros cultivamos zanahorias y funciono!
- A mí me funciona agregar katsup o mayonesa para que coma verduras por ejemplo. Inténtalo a menos que lo que más odien sea la katsup.
- Evite los entornos ruidosos, comer con una sobrecarga sensorial para un niño con autismo es imposible. Pida para llevar y puede aprovechar ese momento de espera mientras sale la orden para habituarlo a los restaurantes y su sensorialidad exacerbada.
- Durante esa espera permítale jugar o leer o usar su móvil para distraerse.
- Sí tu hijo es muy hiperactivo trabaja con un temporizador o permítele que tenga un poco de actividad física antes de sentarse a la mesa.
- Cero dietas raras. Sí no tiene enfermedad celiaca diagnosticada por un gastroenterólogo no intenten ni de lejos esas dietas gluten caseína free. Le harán más daño que bien al restringirle la alimentación más de lo necesario.
- Con los años mejoran y están más dispuestos a probar nuevos alimentos e incluso a compartir en familia sin mayor problema. Eso si, eviten volverlos el centro de atención durante la cena y mejor motivarlos a hablar – sólo si quiere- sobre su tema favorito.
- Por último, se paciente, constante y creativa. Ponte en el lugar de tu hijo, entiéndelo, repito, se trata de autismo. Ellos no quieren vivir esas dificultades pero si quieren mucho apoyo y comprensión.
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DNODNO
PDT. Me gustaría por último contarles que aún tratamos de superar algunas dificultades entre ellas su hiperactividad y selectividad…
Sigue pidiendo arroz en su plato sin falta, no porque le guste sino porque es una forma de control y estructura.
Le encanta la comida chatarra (perros calientes, pizza, hamburguesas…) tratamos de regularla y transaccionarla para que consuma alguna verdura.
Hace unos días fuimos a comer fuera y su sensorialidad se disparó obligándonos a comer en el parque en un picnic improvisado.
Y al parecer seguirá odiando los aguacates y escondiéndolos bajo la mesa o tras la nevera.
Como ven una solución definitiva no existe pero podemos ser nosotros lo suficientemente flexibles y tranquilos para elegir nuestras batallas y no llevarlas a la mesa. Apuesto a que todos tenemos alguna pelea con algún alimento y no somos tan «normales» como creemos. 😉
Sí tu tienes algún consejo que nos pueda ayudar BIENVENIDO!