Comenzamos equinoterapia.

Diciembre y Enero han sido meses difíciles para Sebastián,  en realidad siempre han tenido algo de complicado ya sea por las festividades que inevitablemente incluyen música de los vecinos a todo volumen, juegos pirotécnicos y visitas inesperadas.  Digamos que el caos se apodera de su tranquila vida.  En Febrero retoma sus actividades y todo regresa a la normalidad. Hoy comenzamos equinoterapia con su fisioteapéuta Angélica y su guía equino John.  En su primer sesión decidió que disfrutaría de Luna,  una hermosa yegua de color caramelo, y no quería saber mucho de colores,  formas o tamaños,  sólo se conectaba cuando el galope se hacía intenso y rítmico.  Hay que darle tiempo.

Llevamos en trabajo con animales desde hace poco más de cinco años y ha pasado del temor a la fascinación. Al comienzo las rutinas eran cortas y de reconocimiento,  luego de tres o cuatro sesiones y un entrenador maravilloso que ayudó a romper el hielo,  se hizo amigo del caballo y un jinete muy seguro.

Los neurólogos me han preguntado si he visto algún tipo de beneficio en esta actividad.  La pregunta es acompañada de un tono bastante negativo. Yo respondo: No he conocido a la primer persona con autismo sanada con equinoterapia,  pero tampoco he visto a un chico con autismo bajar triste a de un caballo.

Sebastián y su yegua tienen una gran empatía.  Luna es un animal muy noble que sabe dar lo mejor para que su jinete se sienta cómodo. Por su parte Sebastián la trata con delicadeza y mucho cariño.  Terapéuticamente hablando el trabajo con caballos le ha dado a mi hijo una correcta postura, un equilibrio increíble y un mejor manejo de lateralidad.  Las estereotipias se reducen bastante durante la sesión y definitivamente su ciclo de sueño se normaliza. Pero lo mejor de todo es que se divierte y se percibe en él una enorme paz.

Un comentario en “Comenzamos equinoterapia.

  1. Pingback: EL PODER TERAPÉUTICO DE LOS CABALLOS EN NIÑOS AUTISTAS.

Deja un comentario