
Siempre se ha hablado de las características de las personas con autismo y se han convertido en los rasgos que los diferencian de las personas neurotípicas. Pero muchas de esas características resultan estar presentes también en los individuos neurotípicos. Quizá la única diferencia es la forma como se manifiestan y que no se patologiza, mientras que en la personas con TEA se convierten en rasgos que indican el grado de dificultades o incluso su nivel de autismo.
Comencemos a analizarlas y ustedes quizá puedan ver que tantas de esas características han notado en sí mismos.
- INFLEXIBILIDAD.
Las personas neurotípicas suelen ser bastante inflexibles. Sus reglas las establecen sin lugar a modificaciones porque durante años han sido así o porque les han funcionado hasta ahora. Pero frente a situaciones que requieren adaptaciones, ya sea un alumno diferente en el aula o un empleado que necesita instrucciones más específicas, prefieren prescindir, evadir o simplemente expulsar a esa persona porque no se adapta él o ella a la norma. Es así como vemos evaluaciones y métodos de calificación iguales que los de alumnos típicos o horarios laborales que no permiten momentos de distensión cuando las personas autistas se sienten abrumadas. En el entorno social, los neurotípicos socializan alrededor de temas estándar y pocas veces profundizan o dejan que un tema ajeno a sus intereses se introduzca en la conversación.
2. DIFICULTADES DE COMUNICACIÓN.
Los neurotípicos tienen enormes dificultades de comunicación. Son ambiguos en muchas de sus expresiones e incluso omiten información que resulta relevante. Dan miles de instrucciones en un minuto, no expresan concretamente lo que alguien está haciendo mal, así como tampoco retroalimentan positivamente para saber que alguien está haciendo bien las cosas. Usan silencios cuando se les hace preguntas y si se les pide que repitan una instrucción pueden molestarse. No comunican lo que les molesta sino que pueden estar con una mala actitud que confunde y hacen sentir mal a otras personas. Y lo más difícil, dicen que van a hacer algo y luego hacen otra cosa sin previo aviso. Olvidaba ese lenguaje que yo no llamaría «no verbal», sino un tipo de lenguaje gestual que usan entre neurotípicos y que resulta incómodo porque casi siempre significa menosprecio, descalificación o exasperación por alguien.
3. FALTA DE EMPATÍA
De las cosas más difíciles para un neurotípico es ponerse en el lugar del otro. Les cuesta pensar el nivel de conocimiento, de habilidad o de comprensión que el otro tiene. Puede llegar a generar espacios poco amables o entender cómo una persona diferente puede percibir el mundo. Su propia percepción es la que importa y asume que todos piensan o deben pensar así. Si alguien necesita ser escuchado, no buscan hacer sentir al otro acompañado, sino que anteponen sus propios problemas e incluso terminan dando consejos o juzgando cuando lo que se necesitaba era empatía y comprensión.
4. LITERALIDAD
Por si no lo han notado, las mayores discusiones donde se destrozan los usuarios de redes sociales son producto de interpretaciones literales. Pocas veces dan oportunidad al sentido del humor, a otro tipo de interpretaciones, se toman todo tal cual, textualmente y esto genera muchos malentendidos. Las personas neurotípicas tienden a malinterpretar bromas, analogías u otro tipo de pensamientos. Pueden llegar a ofenderse a sentirse atacados por un enunciado que resultaba ser parodia, metáfora o simplemente un meme. Estamos en la era de la literalidad.
5. DIFICULTADES EN LA FUNCIÓN EJECUTIVA
Dicen que las personas con autismo tienen las más grandes dificultades en la función ejecutiva, pero resulta que los neurotípicos la manifiestan, solo que como no tienen un diagnóstico lo llaman de otras maneras: Procrastinación, desconcentración, desorden, impuntualidad, no terminar lo que comienzan, abandonar proyectos, indecisión , inseguridad. O sea, no hay patología detrás de esas manifestaciones y se toman más como rasgos de carácter cuando en realidad tienen serios problemas de la función ejecutiva. Pero les aterra reconocer que tienen un problema, los del problema son otros.
6. PROBLEMAS DE ATENCIÓN
Lo que para una persona autista es una comorbilidad o un TDAH, para un neurotípico es solo que es distraído o despistado. Pero resulta que los problemas de atención derivados de la ansiedad de la vida diaria, del aburrimiento o del uso inadecuado de tecnologías, están convirtiendo al planeta en personas con graves problemas de atención que derivan en dificultades en su trabajo, estudio, entorno social y familiar. Ahora con todas las aplicaciones que existen todo se lo recuerdan, nada queda al azar, pero se depende más de una máquina que del cerebro. Mientras que a los autistas no se les perdona que olviden, que se distraigan o se desconcentren, porque de inmediato son derivados al especialista o a tareas que no requieran mucha atención.
7. PROBLEMAS DE INTERACCIÓN SOCIAL
Es quizá de las características que más se patologizan en el autismo y que en los neurotípicos se manifiesta como simples problemas de convivencia, intolerancia o incluso incompatibilidad de caracteres. Los eufemismos han disfrazado rasgos de personalidad que las personas autistas tienen que lidiar como el bullying, la apatía cuando se necesita ayuda, la burla por sus características. Muchos neurotípicos carecen de respeto por el otro, dicen las cosas sin filtro o desprecian a quien no está «a su nivel». Los NT tienen enormes dificultades a la hora de resolver conflictos, de crear estrategias que beneficien a todos y sobre todo de aceptar a las personas diferentes. Eso que critican tanto en el autismo: el trabajo en equipo, resulta ser en las personas normales un escenario de brutal competitividad o ventaja sobre otros. Vayan a una empresa para ver cómo pocas veces hay un clima de entendimiento y colaboración. Ese tipo de contexto dificulta a cualquier persona autista desenvolverse en consecuencia, porque simplemente no hay un modelo sano que replicar.
8. NO MANTENER CONTACTO VISUAL
Por mucho tiempo se le reclamó, exigió, obligó a los niños autistas que miraran a los ojos, que si no lo hacían la comunicación no era eficiente y funcional, pero la actual sociedad (y hagan la prueba) hace tiempo dejó de mirar a los ojos y se se engancharon en una pantalla. Así que toda la vida nos pidieron algo que los neurotípicos ahora no hacen. En la mesa, en una conversación, en la calle, el contacto visual hace tiempo se extinguió e incluso se ha convertido en una señal de agresividad «… qué miras!».
Tener un diagnóstico de autismo acarrea consecuencias, no solo por la condición sino por los mitos que se establecen. Las características autistas se pagan más caro que si suceden en un entorno regular, con personas «normales». Y así, aun exigimos a las personas dentro del espectro que «normalicen» sus conductas para vivir en sociedad. Quizá deberían ver qué están criticando o reclamando de autistas que todos los días se esfuerzan por dar la talla en un mundo, y mirar hacia sí mismos para corregirse y no solo para justificarse. Ojalá algún día encontremos un punto medio donde con humildad reconozcamos que la normalidad no es perfección, ni tampoco un ideal que las personas autistas deban seguir. Quizá debamos reconocer que somos seres humanos equivocándonos, acertando y buscando ser mejores sin importar lo normal que parezcas.
Muy fuerte todo el artículo pero lleno de verdades, por qué no medimos a todo por el mismo rasero, la verdad es que por él hecho de tener un diagnóstico Tea, muchas veces ya no nos dan la oportunidad de nada, simplemente te tratan diferente….