Para algunos la palabra discapacidad tiene una connotación severamente limitante, asistencialista y lastimera. Se relaciona comúnmente con el área salud y de desvincula de otras áreas como la educativa, social o laboral a menos que le suceda la palabra «especial».
Discapacidad para el común de la gente define a otra gente que «no puede».
Siendo así, entonces conozco a muchos con discapacidad voluntaria.
Los conozco… «no pueden» … brindar la silla, dar paso, respetar la ventanilla preferencial, generar cupo para la escuela, adecuar, respetar derechos, atender a un paciente, dar oportunidad laboral, ser amable , ser solidario, admirar, sonreír, delegar, enseñar, guíar, amar…etc…
«No pueden» hacer ninguna de estas acciones hacia una persona con diversidad funcional. No pueden porque requiere un esfuerzo más, les obliga a pensar, a ponerse en el lugar del otro, a dar, a crear, a innovar. Demasiado esfuerzo dicen. Que lo haga otro.
Discapacidad voluntaria y consciente.
Pocos sabrán que hoy es el Día Internacional de la Discapacidad (que ojalá pase a llamarse Diversidad Funcional de una vez por todas) a menos que convivas, trabajes o vivas ese mundo. Para el resto de la sociedad es el tercer día de Diciembre y ya.
Hoy seguramente muchas personas con diversidad funcional estarán en su titánica lucha diaria contra una sociedad indiferente, apática y de mente a veces muy muy cerrada. Nuestros gobernantes escribirán 140 caracteres o menos conmemorando la fecha y en el mejor de los casos un comunicado invitando a la inclusión con copia a la carpeta polvorienta y olvidada en un viejo anaquel, esa donde está guardada la Convención de las personas con Discapacidad.
Respeto y admiración igualitarios y justos para las personas con diversidad funcional. Les toca difícil y aún así lo siguen intentando. Quizá las cosas cambien…