El autismo es algo que nos estresa, de eso no hay duda. Pero quienes más cargan con el estrés y la ansiedad son nuestros hijos. La relajación ayuda en todos las áreas: aprendizaje, socialización, comunicación, etc. Enseñarle a conocer su cuerpo, a que lo maneje correctamente contribuye a un mejor desempeño y a equilibrar sus emociones. Fue de las primeras recomendaciones que me dieron junto con el diagnóstico y aquí les comparto unos cuantos ejercicios que he aprendido. Al comienzo parece que se ponen como tablas y se resisten, pero todo es cuestión de hábitos. Más adelante los podrán hacer en la sala de espera del odontólogo jeje.
El video que acompaña la entrada lo encontré gracias a Mamálogopeda, me ha fascinado, está basado en el libro OOOMMM MMMOOO Yoga para Niños de Villegas Editores.
Evaluar el estado de relajación:
1. Para apreciarlo, tomar la cabeza del niño levemente das un movimiento hacia un lado y luego hacia el otro, verás si hay soltura o no.
2. Para apreciar la resistencia y la movilidad, colocar una mano en la nuca y levantarla.
3. Observar que cuando se hagan los movimientos no sienta molestia, debe ser divertido e ir paso a paso. Sesiones corta
Ejercicios de relajación.
En posición decúbito dorsal pedirle que realice los siguientes movimientos:
1. Levantar, extender, flexionar la mano, el antebrazo, el pie, la pierna.
2. Que golpee siguiendo un ritmo o una canción con una mano, con el antebrazo, los dos brazos, los pies.
3. Describir figuras geométricas en el aire con las manos, con el antebrazo, el brazo o el pie al ritmo de la música
En posición sentado:
4. Que levante los hombros y haga círculos con ellos manteninedo el resto del brazo relajado.
5. Pedirle que con su mano dominante tome difrentes objetos colocados sobre una mesa, le pedimos que los levante al a altura de los hombros (como una grúa) y luego los suelte dejándolos caer sobre la mesa.
de pie:
5. Describir el vuelo de un pajarito con ambos brazos y si quiere, avanzar dando pasos.
6. Jugar a «derretirse»: somos muñecos de nieve, calienta el sol, nos derretimos, dejándose caer lenta y suavemente al suelo. Luego tu serás el sol y a medida que te acerques el niño se «derrite», damos un paso y decimos «ya se derritió la cabeza (se inclina la cabeza a un lado o abajo), otro paso se derriten los brazos, otro paso las piernas hasta derretirse totalmente.
Posición acostados:
7. Con una pelota en cada mano (de aquellas antiestress) apretarla y soltarla sin moverse. luego apretarla, soltarla y cerrar los ojos.
8. Apretar las manos, apretar los ojos, soltar manos, abrir ojos.
Enseñarle a respirar: entra el aire por la nariz llenando primero la barriguita, luego el pecho y soltando el aire en ese mismo orden por la boca. Recuerdo que la respiración ha sido clave con Sebastián cuando entra en una rabieta: «respira» «respira» «respira» le ayuda bastante.
Sí por cualquier razón no hace los movimientos lo podemos guiar con apoyo físico, lentamente y siempre con una sonrisa mostrándole que es un juego divertido.