En la entrada «Mamá vamos a la peluquería» les conté que Sebastián había superado el miedo al corte de cabello y que me hubiese gustado llevar una cámara. Pues esta vez de nuevo en la peluquería no se me olvidó y aquí está la foto. Estas situaciones superadas nos muestran que dentro de esas cabecitas que parecen estar como dicen «en su mundo», hay mucho más que aparente aislamiento y apatía. Creo que se autoevaluan, se analizan, tienen una enorme necesidad de retar su condición, deciden un día tomar el miedo por los cuernos y enfrentarlo. Nos demuestran que son tan fuertes como para decidir dejar de temer a algo. Aún quedan otros tantos temores por superar, pero poco a poco los derrotaremos.