«Unámonos a las personas con autismo, sus familias y sus defensores en una comunidad de voces a fin de lograr una mayor conciencia y comprensión. Hagamos también introspección y volvamos a evaluar nuestras actitudes y las de nuestras sociedades para que podamos eliminar los prejuicios que discriminan a las personas con discapacidad. Dediquémonos a crear una sociedad justa y solidaria que permita que todos gocen de sus derechos con dignidad».
La primera vez que sentí discriminación hacia mi hijo la palabra «autismo» apareció en escena, nueva para mi y para los maestros y directivas que se enfrentaban al dilema de educar o no a un niño con tales dificultades y claramente altas exigencias. Desafortunadamente el dilema se solucionó a favor de las directivas y en contra de la integración. Este sería el primero de los muchos «rounds» que deberíamos pelear contra la ignorancia, la intolerancia, la indiferencia y la desigualdad.
En el camino de esta lucha no estaba tan sola como pensaba, me encontré con muchos padres que viven esta batalla por la integración desde diferentes lugares del mundo, puede que el idioma o la cultura sean distintos pero nos une las ganas de lograr la igualdad y por fin hacer visibles a nuestros hijos y sus derechos.
Hoy me gustaría destacar esa labor de padres y madres incansables, recursivos y amorosos. Seguramente quienes acceden a un sitio web o a un blog o a un foro relacionado con autismo se encontrarán con que en realidad somos una comunidad muy grande, llena de esperanza y de deseos de ayudarnos entre sí. Estas voces unidas ya se están escuchando en todo el mundo, pero hoy 02 de Abril se oyen más fuerte que nunca exigiendo que la integración sea un derecho natural para los niños con autismo y no un favor de la sociedad.